martes, 12 de octubre de 2021

EN EL DÍA DE LA RESISTENCIA INDÍGENA (12 DE OCTUBRE)



Conociendo lo nuestro...

Por: Lcdo. Freddy A. Guevara / Eran tiempos de vacaciones, cuando aún siendo adolescentes, un primo hermano y mi persona, planificamos realizar turismo nacional, e irnos a conocer un pedacito de nuestra Venezuela.

Decidimos ir al sur de Venezuela con el norte de Brasil, donde habitan las comunidades indígenas “Yanomami”, nombre que tiene como significado “Ser humano”, “La gente”.

Fue un día viernes, cuando de aventura nos fuimos con mucho entusiasmo a la selva tropical del estado amazonas.  

Siendo las cuatro de la madrugada, ya todo bien planificado, salimos de la ciudad de Barquisimeto en un vehículo rústico; a pertrechados de comida, bebidas y, algo de dinero en efectivo. 

¡Emprendimos el viaje, bastante emocionados! buscando nuevas experiencias y conocer lo hermoso de nuestra naturaleza. Fueron horas de carretera interminable…

Al llegar a cada pueblo, hacíamos escala para comer, beber algo, surtir de combustible el vehículo y descansar un poco. Luego de una buena siesta, nos disponíamos a continuar el largo viaje… ¡pero siempre con gran entusiasmo a conocer nuestro paraíso terrenal!

Al día siguiente, llegando al paraíso inimaginable, acordamos buscar un sitio donde acampar, para hacer una siesta y, así comenzar a disfrutar de ¡tan anhelada aventura! 

Por vez primera conocíamos indígenas en guayuco, tal cual como veíamos en películas de cine y televisión. ¡Estábamos en plena Selva Amazónica!

Sus viviendas hasta el momento de redactar este escrito, fueron construidas para ser habitadas de forma colectiva, colocadas en círculos.

Para su construcción, varias familias se organizaban y así poder dar inicio a la casa comunal, también llamada “sha­bono”, especie de espacios abiertos cubiertos con palma, lugar donde alberga cada familia. 

Las familias pueden ser monógamas o polígamas; en el segundo caso, la esposa ocupa su propio fogón con sus hijos donde preparan y cocinan la comida del día.

Ya instalados en plena selva, contemplábamos ríos y cascadas ¡impresionantes! ¡Todo un paraíso! En aquel lugar fuimos recibidos por la “Etnia Yanomami”; vivimos momentos agradables con la comunidad indígena; montamos en “Chalanas” medio de transporte utilizado para navegar por el río Orinoco. 

Al caer la noche, luego de disfrutar y compartir con las indígenas sus bailes típicos; cuando el cansancio dominaba nuestro cuerpo, nos dirigimos a la “Churuata” a dormir. Churuata es un tipo de vivienda indígena colectiva  de forma cónica hecha con paja o hierba seca.

 A la mañana siguiente, cuando el frío literalmente congelaba nuestro cuerpo y decidimos despedirnos, obsequiamos a uno de los indígenas como forma de agradecimiento por el corto hospedaje ofrecido; una braga que portábamos en el vehículo.

Ya de salida, de vuelta a la ciudad; al comentarle a uno de los pobladores lo divertido que la pasamos y de tan insistente aparición de uno de los Indígenas; nos comentó que:

“posiblemente era el jefe de la Etnia Yanomami, quien agradecido por el obsequio recibido y nuestro buen comportamiento, que tomó la decisión de brindarnos protección hasta la salida”.

Definitivamente fue una experiencia maravillosa, ¡nuestra Venezuela es asombrosa e insustituible, sorprendente, casi mágica, imposible de olvidar! 

Junt@s podemos conseguir que los yanomamis tengan el control sobre sus tierras, sus vidas y su futuro:

#StopBrazilsGenocide. 

FAGM

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